Perfecto Conde, una vida dedicada al periodismo

21.01.2014 14:41

Don Perfecto Conde Muruais, Corríjame si me equivoco:

Nacido en un pequeño pueblo gallego, en el año 1943, estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Santiago  y se trasladó a Madrid para estudiar Periodismo en la Escuela de Periodismo de la Iglesia (no existente hoy en día). Durante 40 años ha estado en medios de comunicación tan diferentes como: TVE, TV Francesa, BBC, en la radio estatal portuguesa, en la Revista Triunfo, Cambio 16, Actualidad Económica, Redactor Jefe de investigación en Interviú, en el Diario El País,  En Avui, en el Periódico de Cataluña, etc… Como enviado especial de viajero  por toda Europa, América y parte de África. No solo ha sido un gran periodista, entre una de sus obras publicó un libro sobre narcotráfico, el cual le llevó a hacerse uno de los mayores expertos en esta materia.

P. Perfecto, ¿Qué momento de su larga y brillante trayectoria profesional, guarda un especial recuerdo?

R. Por raro que parezca, guardo un especial recuerdo para los que entonces eran chicos y chicas de Greenpeace luchando a brazo partido en el océano atlántico por parar el hundimiento de residuos radioactivos que, hasta el año 1982, se venían arrojando en la llamada Fosa Atlántica, a sólo 400 kilómetros de la costa gallega. Les acompañé varios años y supe de su arrojo y de su elevada conciencia ecologista.

P. ¿Cómo cree que ha evolucionado el periodismo, especialmente el de crónicas políticas e investigación?

R. Por un lado ha sido enorme el avance tecnológico que ayudó fundamentalmente a la transmisión inmediata de las noticias. Si en los primeros años ochenta del siglo pasado, cuando yo solía viajar a algunos lugares recónditos de  Colombia, México o Argentina, por ejemplo, me dijera alguien que faltaba poco para que se extendiera Internet y llegasen los portátiles o el iPhone, seguramente le contestaría que estaba soñando. Los que pasamos del teletipo al fax o de enviar las fotos llevándolas a los aeropuertos y poniéndonos a la cola hasta que encontrábamos alguna persona generosa que quisiera llevarnos hasta Madrid un sobre con diapositivas, todavía hoy no acabamos de creernos que se haya podido avanzar tanto en tecnología de la información. Realmente a mi me gustaría volver a empezar de nuevo en la profesión para experimentar las nuevas herramientas del periodismo.

Sin embargo, la investigación periodística, que se podría haber visto extraordinariamente beneficiada por el avance tecnológico, no ha tenido un desarrollo paralelo a la tecnología. El periodismo de investigación es, sin duda, una de las actividades que más recursos económicos y profesionales reclama y las sucesivas crisis económicas y la preocupante decadencia de la Prensa escrita le han afectado rudamente. Tengo la impresión de que las empresas cada vez invierten menos en investigación o en grandes reportajes.

Y en lo que se refiere al periodismo político creo que actualmente coexisten dos tendencias contradictorias. Por un lado, hay más libertad que nunca para publicar aspectos de la política o de la sociedad que antes se trataban con más cautela, pero por otro la comunicación actual quizá sufre una cierta dependencia exagerada de los intereses partidarios, institucionales y corporativos. A los que pasamos cuatro décadas en este oficio nos resulta totalmente incomprensible esa funesta moda de las ruedas de Prensa sin preguntas o las estrafalarias comparecencias “plasmáticas” que inventó Rajoy.

P. ¿Qué diferencias fundamentales cree que existe entre el periodismo de hace 20 años y el actual?

R. Hay una muy preocupante. La precarización de la actividad periodística. A comienzos de los noventa del siglo pasado, es decir, hace 20 años, el periodista peor pagado disponía de un poder adquisitivo superior al que tiene hoy un periodista que cobre por encima del mileurismo. Entonces no había paro en la profesión o el que había era insignificante. Esto es muy importante. El periodismo es una profesión de hombres y de mujeres libres y para ser libre hay que disponer de independencia económica. Y lo mismo pasa en cuanto a las empresas periodísticas, cada vez más ligadas y dependientes de las grandes corporaciones y de los grandes intereses globalizados. Quizá hoy los jóvenes periodistas acceden a la profesión, en general, con mayor formación técnica por lo menos. Sería muy largo entrar, además, en la transformación que está experimentando el mundo de la comunicación, particularmente la Prensa escrita, que puede llegar a desaparecer o a verse extraordinariamente reducida .

P. ¿Cuál es su opinión acerca de la influencia de las nuevas tecnologías en la información?

R. Son un conjunto de extraordinarias herramientas sin las que ya no se puede concebir el periodismo ni ninguna forma de comunicación. Las nuevas tecnologías creo que representan algo tan importante como la llegada de la imprenta en su tiempo. Y son importantísimas no sólo como útiles actualmente necesarios para la transmisión y la difusión de información y de opinión sino que también vinieron a posibilitar el replanteamiento formal y profundo del periodismo en si mismo. Hace mucho tiempo cualquier indio americano podía transmitir una señal a varios kilómetros de distancia emitiendo una columna de humo, pero hoy cualquier ciudadano del planeta que tenga un iPhone con la batería cargada puede producir y emitir un telediario desde cualquier lugar del globo. ¿No es extraordinario todo esto?

P. ¿Cómo ve el futuro para los actuales estudiantes de periodismo?

R. Bastante negro. Como lo veo negro para todos los que no pertenecemos a ese 20 por ciento de la población mundial que cada día que pasa acapara mayores riquezas explotando al 80 por ciento restante. No sabría decir que va a pasar con ellos. Seguramente serán muchos los que tengan que emigrar, como lo hicieron sus abuelos, o reconvertir su profesión. Pero, lamentablemente, esto no es algo que les toque padecer sólo a los periodistas. Por otro lado, también pasará lo que pasó siempre. Que habrá periodistas geniales, buenos, regulares y malos. Como en todo.

P. ¿Qué paralelismo a y/o divergencias cree que existe entre el periodista que iniciaba su actividad en la transición política de la democracia y los periodistas que están iniciando su actividad profesional en esta época tan trepidante también, políticamente hablando?

R. ¿Paralelismo? Que los de antes tuvimos que ser aprendices de  gay saber en un mundo en el que todavía cabían muchas esperanzas, y los de ahora  van a tener que desarrollar su gaya ciencia en otro de realidades muy concretas. En el fondo viene a ser lo mismo. Se trata de salir adelante. Dos pasos adelante y uno atrás siempre. En cuanto a divergencias, creo que hay bastantes. La  primera, precisamente la trepidación.

P. Por ejemplo, la corrupción: ¿Cómo se veía y trataba periodísticamente antes y como ahora?

R. El periodismo auténtico siempre se lleva mal con la corrupción. Antes y ahora. Lo cual no quiere decir que no haya habido o que no haya periodismo y periodistas corruptos también. La gran diferencia que yo quizá podría observar es que antes el periodismo combatía la corrupción –en la medida de sus posibilidades, que eran menores que ahora, debido a una menor libertad de información– de una forma más independiente. El semanario Interviú, por poner un ejemplo de revista que destacó por su periodismo de denuncia y de investigación, daba caña a tirios y a troyanos, fuesen los tirios de derechas o los troyanos de izquierdas. Hoy puede dar la impresión de que El País combate con más vigor y rigor la corrupción de la derecha, que El Mundo carga su tinta en la corrupción de la izquierda o que ABC o La Razón sólo ven la viga en el ojo de la izquierda y en los nacionalismos periféricos. Tampoco está tan mal que sea así. Quizás es una aproximación a la pluralidad.

P. ¿El periodismo de investigación, en este tema en concreto, es imparcial? ¿Existen grupos de presión? ¿Se contrasta suficientemente la información o prima  ser el primero en dar la noticia?

R. A mi no me preocupa tanto que el periodismo sea imparcial. ¿Cómo va  a ser imparcial un periodista o un periódico ante la injusticia o el crimen flagrante? Les bastará con la independencia y, sobre todo, con la mayor aproximación a la verdad. El llamado periodismo de investigación –en realidad todos los periodismo deberían ser de investigación–  sigue siendo, por lo menos en los países donde ha tenido su mayor desarrollo (Estados Unidos, Francia…), el que hace uso de una mayor independencia . Grupos de presión los hubo siempre y los seguirá habiendo. Quizás hoy son más poderosos y activos que nunca. Y la premura por dar antes que nadie una información es substancial al periodismo. Lo que no debe hacerse nunca es sacrificar la mayor aproximación a la verdad en el altar de la consecución de una primicia, y a ves está pasado algo de esto.

Enlazando con otro tema que no ha dejado de estar vigente nunca y del que Ud. Ha estudiado y tratado en profundidad: relación entre narcotráfico y estamentos de poder.

P. ¿Usted cree que hay fotos y relaciones que pueden traicionar a alguien en algún momento de su vida?

R. Las fotos y las relaciones sólo pueden traicionar a quien lleve o haya llevado una vida traicionera o por lo menos traicionada. Otra cosa es que el fantasma del pasado nos acose cuando menos lo esperábamos o cuando puede hacernos más daño. Si a quien le toca padecer este fantasma es a un personaje público, tengo claro que con el oficio van los gajes.

P. ¿Se entiende que un político se saque una foto con una persona con este historial en el año 95?  ¿Es Posible que se desconocieran estos antecedentes?

R. Creo que adivino a quien o a quienes se refiere la pregunta, y le voy a dar una respuesta muy clara. No se puede entender o por lo menos yo no lo entiendo, que un alto cargo de la Administración pública mantenga un alto grado de intimidad con alguien que representa algo que precisamente toda la sociedad rechaza  intensamente: el fraude fiscal y el narcotráfico. La mujer del César, además de honrada, tiene que parecerlo. Y no vale decir que no se conocían sus actividades porque eran sobradamente sabidas y documentadas. Yo mismo, en un libro que publicó Ediciones B en 1991 con el título de “La conexión gallega, del tabaco a la cocaína”, hablé claramente del asunto y publicaciones como Interviú, El País y algunas más también lo hicieron a lo largo del tiempo.

P. ¿Qué credibilidad le da a la declaración realizada por Laureano Oubiña en una entrevista realizada en  el año 2011? “YO FINANCIE LOS PARTIDOS DE FRAGA Y SUAREZ"

R. La verdad puede ser verdad aunque la diga el porquero de Agamenón.

P. ¿Cree factible que realmente se esté dando a fecha actual, esta situación?

R. Factible desde luego que lo es. La prueba es que la situación está ahí. Lo que me parece es lo contrario de ejemplar.

Usted que es gran conocedor y experto en estos temas contrabando y narcotráfico, dígame:

P. ¿Cómo se pasa de contrabandista a narcotraficante?

R. De la misma manera que se pasa de explotado a explotador. Tampoco debemos coger las cosas con tanto papel de fumar. ¿No conoce usted ningún caso en el que un obrero explotado se haya convertido en empresario explotador? Los contrabandistas gallegos, por ejemplo, se pasaron al narcotráfico para obtener plusvalías inmensamente mayores. Tenían el hardware (rías que son escondrijos, barcos, etc.) y el software (contactos, conocimientos de navegación…) necesarios y los pusieron a disposición de los colombianos y de quien les llenó el bolsillo de dinero. Es un problema de economía y no tanto de ética o de sociología. Al menos para ellos.

P. ¿Ha cambiado la forma de organizarse de los diferentes clanes de narcos? ¿Están ínter relacionadas entre ellas? ¿Y con las de otros países?

R. Ha cambiado mucho. Ahora son algo más discretos. Se acabó la exhibición de Lamborghinis, Maseratis y otros coches millonarios por las poblaciones de la Ría de Arousa. Aunque tampoco desapareció de todo. Las mansiones de dudoso gusto y estilo arquitectónico siguen proliferando y desafiando muchas veces la legislación que afecta a las costas. Los de ahora son más violentos y desconfiados. Ente ellos, ejecutan a la mínima. Tengo la impresión de que, en los últimos años, hubo más muertes por violencia y per capita en Galicia que en Sicilia o en Nápoles. Las organizaciones de ahora heredaron y desarrollaron las relaciones mafiosas establecidas con Colombia y Venezuela, por ejemplo, pero también con Marruecos y con Italia. Quizás el narcotráfico de los gallegos es ahora más estanco que antes, más organizado a través de clanes que tratan de guardar su independencia, pero como en todo crimen organizado también saben echar una mano a los otros clanes si lo necesitan. Y saben, desde luego, echar mano de las nuevas tecnologías, aplicadas también al movimiento y al lavado de capitales.

P. ¿Cree que Galicia sigue siendo el Edén para la introducción de cocaína en España y Europa?

R. Edén no sé –aunque también–, pero lo que sigue siendo es la Normandía del desembarco de varias drogas para el mercado europeo. Mientras le estoy dando esta repuesta está llegando a un puerto gallego un barco que fue aprehendido con más de 3.000 kilos de cocaína.

P. ¿Usted cree que los narcos contrabandistas se rehabilitan en prisión?

R. Hasta ahora lo que parece es más bien que los que pasan por la cárcel acaban reincidiendo.

P. Perfecto, ¿del tabaco a la cocaína, volvemos al tabaco con esta crisis?

R. Parece que si. Estos viajes suelen ser y de ida y vuelta. Y ahora hasta montamos fábricas clandestinas de tabaco. Antes sólo se hacía contrabando con tabaco que era fabricado fuera de España.


 

Concluyendo y a título personal, darle las gracias por la oportunidad que me ha brindado de poder entrevistarle.

 

Muchas gracias Perfecto.

Marta Baltar Gastardi

Entrevista realizada en 2013