Luis Manuel Rubí Blanc: "Estamos solo ante la punta del iceberg"

21.01.2014 14:20

Tras su paso  por la dirección del Servicio de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, la administración judicial del Atlético de Madrid y de ser inspector de Hacienda durante doce años, Luis Manuel Rubí Blanc, actual socio director de Rubí Blanc Abogados S.L., está considerado uno de los mayores expertos en prevención de blanqueo de capitales de España y ha querido compartir sus impresiones acerca de la Operación Emperador.

 

Luis Manuel Rubí Blanc

Pregunta: ¿Podría España recuperar algún día el dinero evadido?

Respuesta: Es muy difícil recuperar la totalidad de estas cantidades. Únicamente nos aseguramos los importes intervenidos en efectivo o trabados en cuentas corrientes.

Dada la propia mecánica de estas operaciones, los fondos rara vez aparecen en una cuenta corriente, si pasan por ella lo hacen solo el tiempo necesario para transferir al exterior. Por ello, es muy importante la colaboración de las autoridades de los países de destino de los fondos.

P: Viendo los detenidos que ha habido hasta ahora y sabiendo que habrá más  en un futuro, ¿cuál será el perfil de los próximos detenidos?

R: Parece razonable pensar que estamos solo ante la “punta del iceberg” y que es muy previsible que en España  haya otras organizaciones que actúen de modo similar. Los arrestos futuros serían de un perfil parecido a los que se han practicado hasta ahora.

P: ¿Cree usted que el dinero iba para el propio beneficio del “cabecilla” de la operación?

R: No. Los dueños últimos del dinero, sin duda, no están en España…

P: El director general de la policía hizo unas declaraciones en las cuales relacionó el tema con la crisis económica que sufre nuestro país. ¿Qué quiso decir con que “la operación emperador puede contribuir a la salida de la crisis económica”?

R: Los niveles de fraude en España son insostenibles, y pueden representar cantidades superiores a los 200.000 millones de euros. Si reducimos este importe de manera significativa, no habría que soportar tantos sacrificios como nos imponen las circunstancias actuales.

P: Si miramos hacia el pasado y vemos lo fuerte que ha sido esta operación, ¿ha habido alguna vez otras operaciones de blanqueo de capitales de este tipo?

R: Sí, ha habido alguna anterior similar contra las tramas chinas, pero no de esta magnitud.

P: ¿Podría haber en España más casos de este calibre que no se sepan hoy en día?

R: Insisto en que estamos solo ante la punta del iceberg.

P: ¿Tiene usted alguna idea de cómo se detecta o se llega a sospechar de lo que estaba ocurriendo para que comenzase la investigación?

R: Casi podríamos asegurar que alguna aprehensión de efectivo en alguna aduana pudo ser el origen de la investigación que ha llevado al desmantelamiento de la trama. También habrá colaborado, sin duda, la información detallada de las transferencias efectuadas a través de las casas de envío, que están obligadas a reportar al Banco de España los movimientos de dinero que cursan.

P: ¿Usted cree que está bien sentenciado el blanqueo de capitales en España o habría que aumentar la pena?

R: La pena es de seis años y la multa del triple de las cantidades blanqueadas. Creo que es suficiente. Lo importante es hacer efectiva la persecución del delito, para lo que hacen falta mejorar los órganos especializados de represión del blanqueo. Así, por ejemplo, organismos como el Servicio de Vigilancia Fiscal y Aduanera, dependiente de la AEAT, o el SEPBLAC (Servicio Ejecutivo para la Prevención del Blanqueo de Capitales), integrado en el Banco de España, deben contar con los medios y las competencias necesarias pues su aportación a esta causa es esencial.

P: ¿Crees que han fallado los sistemas de detención aduanera?

R: Han fallado también esos controles, aunque no son los únicos problemas de supervisión que nos encontramos. También hay problemas de fraude interior, sabemos que en algunos casos la mercancía se importa con bajos aranceles y luego se le pierde la pista: se acaba vendiendo en el mercado negro y sin control. La importadora desaparece de la escena y luego la mercancía circula sin control hasta que detectamos, con un poco de suerte, los flujos de efectivo.

P: ¿Cómo se ha llegado a esta situación de fraude en España?

R: El fraude en España alcanza proporciones ciertamente preocupantes. Todos los análisis suelen cuantificar su magnitud en un 20% del PIB. El porqué se alcanzan estas dimensiones no depende solo de un factor, sino de varios: la necesidad de mejorar la organización y coordinación entre los órganos responsables de prevenir el fraude, en particular, mediante la creación de una policía fiscal especializada y adecuadamente dotada de medios; la existencia, todavía a día de hoy, de jurisdicciones de riesgo, es decir, países que son refugio para los defraudadores; la adecuada formación de los ciudadanos pues, sin duda, la cultura del fraude está todavía muy extendida en nuestra sociedad; la articulación de medidas normativas capaces de persuadir al defraudador (se trataría de que quien pretenda defraudar a gran escala, vea que puede implicar para él, no solo una multa importante, sino la posibilidad real de sufrir una pena de cárcel, y no solo por un delito fiscal o de contrabando, sino también por un delito de blanqueo de capitales); y la necesidad de mejorar el cumplimiento de la normativa que regula las medidas de control de prevención del blanqueo de capitales para detectar los flujos de dinero de origen ilegal.

Finalmente, debemos referirnos a un fenómeno que en mi opinión también incide en la dimensión del fraude fiscal: la crisis en la que nos encontramos. Lamentablemente, en determinados ámbitos de la actividad económica, una respuesta del mercado cuando hay dificultades para colocar los productos y bajan los márgenes es, sencillamente, no pagar impuestos.

P:¿Cómo se ha motivado el impago de impuestos?

R: En relación con el fenómeno del fraude de las tramas chinas, debemos reiterar las razones expuestas en el apartado anterior. Además, se da la circunstancia de que China es un productor muy competitivo de bienes y los márgenes a obtener son muy altos. El comercio que realiza este colectivo en España genera cantidades importantes de dinero en efectivo que no pasan por el circuito bancario. Rara vez cobran por la venta de sus artículos mediante tarjeta de crédito o por transferencia bancaria. Los comerciantes chinos que actúan en España no tienen cultura bancaria y recurren a la financiación, normalmente abusiva, que les proporcionan las organizaciones clandestinas chinas y a los circuitos de transferencia de dinero no bancario, es decir, casas de envío y mecanismos ilegales de compensación de fondos entre diferentes países. La política arancelaria y la limitación de contingentes a los productos chinos permiten una entrada masiva de los mismos en Occidente, pues hay una tendencia internacional al desarme arancelario, es decir, a la supresión de las barreras de importación.

Por otro lado, debe decirse que se trata de un fenómeno que no solo se da en España: en Italia, por ejemplo, los flujos de efectivos transferidos con destino a China son incluso superiores a los que tienen origen en nuestro país.

P: ¿Cómo se ha permitido que saliese el dinero del país de una forma tan simple?

R: No puede decirse que los fondos salgan de una manera simple. La mayor parte del dinero ha salido oculta en contenedores o en otros medios de transporte, lo que dificulta mucho su detección.  Las operaciones ilegales de compensación son muy difíciles de detectar, pues se trata de procedimientos basados en la confianza entre las partes, que no se documentan y en los que no interviene ninguna entidad financiera.

Finalmente, queda el circuito de las casas de envío de dinero. Es una actividad legal que ha sido objeto de un uso fraudulento por parte de las tramas chinas, mientras se declaraba que los fondos transferidos procedían de trabajadores chinos que repatriaban sus ahorros, lo cierto es que, en buena parte, eran fondos procedentes del fraude o la extorsión. Lo cierto es que es precisamente esta vía de salida de los fondos la única que permite seguir el rastro a los investigadores, pues los fondos finalmente acceden al circuito bancario y estas casas de envío están sometidas al control de la autoridad financiera.

Por último, debe decirse que la existencia del billete de 500 euros facilita mucho que se muevan cantidades importantísimas de dinero en muy poco espacio físico.  A lo mejor deberíamos preguntarnos si deben mantenerse en el sistema billetes de tan alta denominación.

P: ¿Son suficientes los controles que hay en España para prevenir estos delitos?

R: Los controles son manifiestamente mejorables. Hemos hablado de los problemas en la aduana, pero también deben funcionar los procedimientos de control sobre los flujos de dinero en sede de las entidades de pago que hacen los envíos de dinero, de las entidades financieras, sobre los empresarios que reciben los fondos en compensación por pagar en el exterior y, en general, deben aplicarse los mecanismos preventivos que obligan a un buen número de empresarios y profesionales a declarar operaciones cuando aparecen sospechas de blanqueo de capitales.

Me detengo en este punto porque me parece de especial interés. En nuestro país, desde el año 1993, y ya ha llovido desde entonces, existe una normativa que obliga a los bancos, promotores, casinos o comercios de bienes de lujo a controlar los flujos de dinero. Desde hace unos años, también se obliga a esta vigilancia a los abogados, contables, auditores, notarios, registradores y demás. La cuestión es que estos empresarios y profesionales deben tener mecanismos internos de detección de operaciones sospechosas y colaborar con los órganos de la autoridad financiera competentes para perseguir el blanqueo de capitales.

Así, por ejemplo, si unos clientes chinos entran en un casino con billetes pequeños y pretenden luego salir del local cambiando esta moneda en el cajero del casino por billetes de 500 euros, estamos ante una práctica claramente sospechosa que se debe comunicar a las autoridades financieras. Lo mismo ocurre si en un concesionario de coches de alta gama se pretende pagar una cantidad importante en efectivo, o cuando nos encontramos en que al vender un local comercial nos quieren pagar con una bolsa llena de billetes. Se trata de conductas sospechosas que deben denunciarse a la autoridad financiera.

Como vemos, la eficacia del control no depende solo de los organismos públicos, sino también de la colaboración de los ciudadanos.

 

Marta Baltar Gastardi

Entrevista realizada el 23 de octubre de 2012

 


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